miércoles, 7 de abril de 2010
El ámbar y los dinosaurios.
El hallazgo de un depósito de ámbar de 95 millones de años de antigüedad ha permitido a un equipo internacional de 20 científicos identificar a algunos de los insectos y plantas que convivieron con los dinosaurios en el Cretácico. A partir de los datos obtenidos, los investigadores describen hoy en artículo publicado en la revista PNAS cómo podían ser los antiguos bosques tropicales que crecían en la actual Etiopía en la época de los grandes reptiles.
"Las primeras angiospermas, o plantas con flor, aparecieron y se diversificaron el "cretácico", explica Alexander Schmidt, de la Universidad de Göttingen en Alemania, que ha identificado que el ámbar se parece mucho químicamente al de un grupo de plantas del nuevo mundo llamadas hymenaea, formadas por árboles grandes que llegan a una altura de 15 a 50 metros y con cuya resina se fabrica barniz.
Atrapados en el ámbar, que se forma cuando la resina de las plantas se fosiliza, los científicos han encontrado también los registros más antiguos conocidos de muchos artrópodos, incluyendo avispas, polillas,escarabajos, una hormiga y un raro insecto perteneciente a la familia de los zorapteros, pequeños artrópodos de menos de 3 milímetros de tamaño. Además de hongos parásitos que se alimentaban de la resina de los árboles y algunas bacterias.
"Hasta ahora prácticamente no se habían encontrado yacimientos de ambar del Cretácico del supercontinente Gondwana en el hemisferio sur", aclara Paul Nascimbene, del Departamento de Zoología de Invertebrados del Museo Americano de Ciencias Naturales y uno de los autores del artículo. "Los depósitos más importantes de esa época habían aparecido en América del Norte y Eurasia".
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